Tengo la piel de una mujer cubriendo toda mi alma, tengo
los labios de una mujer, donde estuvo mi corazón. Deslizar una rosa azul sobre
unos labios entreabiertos y atrapar en un beso el aliento de la flor y pétalos de la dama, y desnudar la flor mientras se huele a la fémina, y saborear a la mujer
mientras degustamos la rosa.
Una alondra lleva en su vuelo el tamaño de la lluvia, y un cuervo lleva en su pico el tamaño de mi tristeza…
… los besos perfuman de
luz un corazón florecido de palomas, y la lluvia seca los ojos de un poeta que
tuvo palomas floreciendo en su corazón.
Si te hago el amor bajo la sombra de las orquídeas te convertirás en una de ella y así mi piel estará para siempre llena de tu perfume y podre olerte y tocarte cada vez que yo quiera. El color de las flores cambia cuando una mujer las mira. El corazón de un hombre muere cuando esa mujer que ama no lo mira.
El que se enamora: oye
miradas, mira sonidos, saborea colores, huele emociones, siente lo abstracto y
difumina lo concreto. El amor, igual a la poesía, tiene el poder de
convertirnos, voluntaria o involuntariamente, en pequeños dioses…
…Cuando te enamoras sientes con el cerebro y
piensas con el corazón.
Tengo una mujer colgada
del pensamiento con su sabor en los ojos y su aroma en las manos tengo una
mujer que ocupa mis sentimientos, tengo una mujer como única habitante de mi
alma.
Escribir una sinfonía de
besos sobre la piel de una mujer, es tarea de todo hombre que se sienta que lo
es. Un beso puede hacer que en los labios nazcan oropéndolas, y que ellas te
lleven donde nunca has estado.
La lluvia se hizo para
verla caer con una mujer al lado, en el color de los besos y el sabor de los
abrazos, la lluvia sin una mujer no es lluvia; es solo agua que cae del cielo. Si
la lluvia es igual a un beso entonces ven y mójame otra vez.
Besarte, a orillas del
silencio, bajo la sombra de las uvas, con los labios llenos de estrella y las
manos temblando de ansias, hacerte el amor bajo los pistilos de la madrugada
que también se enamoraron de ti, y tener un orgasmo luminoso como la mañana,
para agonizar despacio y luego dormir sobre ti.
¿A qué sabe tu voz? A lluvia
¿Y tú aliento? A ti
¿Y mi alma? A mí
Una mujer es un sueño a
color con una mariposa en el pubis, es un deseo hecho carne con un crisantemo
en la piel, es un beso pensante que crea el dolor, es un horizonte vestido de
estrellas, es un abrazo que brilla bajo la luz de la eternidad.
Andar, tomado de la
mano con tu recuerdo, bajo un rayo de luz que brota de tu mirada, sintiendo en
la piel la caricia de tus labios ausentes, y tener en el corazón una rosa con
tu nombre en cada pétalo, saboreando los latidos que cada segundo me acercan más
a ti.
Degustar unos labios a
la luz de una mirada, lo mismo que se degusta el color del amor, y que en el corazón
crezcan alas con el nombre de la mujer amada, es acercarse a la dicha, es estar
más cerca de Dios.
A la tarde le surgen
alas que me llevan hacia ti, y llevan en su vuelo la estatura de mis besos.
Cuando llueve hay una
mujer desnuda en cada gota que cae, por eso la lluvia huele a mujer, por eso la
lluvia huele y sabe a ti.