martes, 12 de marzo de 2019

Un relato sobre amor


"Se trata de dos hermosos jóvenes que se pusieron de novios cuando ella tenía trece y él dieciocho. Vivían en un pueblito de leñadores situado al lado de una montaña. Él era alto, esbelto y musculoso, dado que había aprendido a ser leñador desde la infancia. Ella era rubia, de pelo muy largo, tanto que le llegaba hasta la cintura; tenía los ojos celestes, hermosos y maravillosos.

La historia cuenta que se habían hecho novios con la complicidad de todo el pueblo. Hasta que un día, cuando ella tuvo dieciocho y él veintitrés, el pueblo entero se puso de acuerdo para ayudar a que ambos se casaran.

Les regalaron una cabaña, con una parcela de árboles para que él pudiera trabajar como leñador. Después de casarse se fueron a vivir allí para la alegría de todos, de ellos, de su familia y del pueblo, que tanto había ayudado en esa relación.

Y vivieron allí durante todos los días de un invierno, un verano, una primavera y un otoño, disfrutando mucho de estar juntos. Cuando el día del primer aniversario se acercaba, ella sintió que debía hacer algo para demostrarle a él su profundo amor. Pensó hacerle un regalo que significara esto. Un hacha nueva relacionaría todo con el trabajo; un pulóver tejido tampoco la convencía, pues ya le había tejido pulóveres en otras oportunidades; una comida no era suficiente agasajo...

Decidió bajar al pueblo para ver qué podía encontrar allí y empezó a caminar por las calles. Sin embargo, por mucho que caminara no encontraba nada que fuera tan importante y que ella pudiera comprar con las monedas que, semanas antes, había ido guardando de los vueltos de las compras pensando que se acercaba la fecha del aniversario.

Al pasar por una joyería, la única del pueblo, vio una hermosa cadena de oro expuesta en la vidriera. Entonces recordó que había un solo objeto material que él adoraba verdaderamente, que él consideraba valioso. Se trataba de un reloj de oro que su abuelo le había regalado antes de morir. Desde chico, él guardaba ese reloj en un estuche de gamuza, que dejaba siempre al lado de su cama. Todas las noches abría la mesita de luz, sacaba del sobre de gamuza aquel reloj, lo lustraba, le daba un poquito de cuerda, se quedaba escuchándolo hasta que la cuerda se terminaba, lo volvía a lustrar, lo acariciaba un rato y lo guardaba nuevamente en el estuche.

Ella pensó: "Que maravilloso regalo sería esta cadena de oro para aquel reloj." Entró a preguntar cuánto valía y, ante la respuesta, una angustia la tomó por sorpresa. Era mucho más dinero del que ella había imaginado, mucho más de lo que ella había podido juntar. Hubiera tenido que esperar tres aniversarios más para poder comprárselo. Pero ella no podía esperar tanto.
Salió del pueblo un poco triste, pensando qué hacer para conseguir el dinero necesario para esto. Entonces pensó en trabajar, pero no sabía cómo; y pensó y pensó, hasta que, al pasar por la única peluquería del pueblo, se encontró con un cartel que decía: "Se compra pelo natural". Y como ella tenía ese pelo rubio, que no se había cortado desde que tenía diez años, no tardó en entrar a preguntar.

El dinero que le ofrecían alcanzaba para comprar la cadena de oro y todavía sobraba para una caja donde guardar la cadena y el reloj. No dudó. Le dijo a la peluquera:

- "Si dentro de tres días regreso para venderle mi pelo, ¿usted me lo compraría?"

- "Seguro", fue la respuesta.

- "Entonces en tres días estaré aquí."

Regresó a la joyería, dejó reservada la cadena y volvió a su casa. No dijo nada.

El día del aniversario, ellos dos se abrazaron un poquito más fuerte que de costumbre. Luego, él se fue a trabajar y ella bajó al pueblo.

Se hizo cortar el pelo bien corto y, luego de tomar el dinero, se dirigió a la joyería. Compró allí la cadena de oro y la caja de madera. Cuando llegó a su casa, cocinó y esperó que se hiciera la tarde, momento en que él solía regresar.

A diferencia de otras veces, que iluminaba la casa cuando él llegaba, esta vez ella bajó las luces, puso sólo dos velas y se colocó un pañuelo en la cabeza. Porque él también amaba su pelo y ella no quería que él se diera cuenta de que se lo había cortado. Ya habría tiempo después para explicárselo.

Él llegó. Se abrazaron muy fuerte y se dijeron lo mucho que se querían. Entonces, ella sacó de debajo de la mesa la caja de madera que contenía la cadena de oro para el reloj. Y él fue hasta el ropero y extrajo de allí una caja muy grande que le había traído mientras ella no estaba. La caja contenía dos enormes peines que él había comprado... vendiendo el reloj de oro del abuelo.

Si ustedes creen que el amor es sacrificio, por favor, no se olviden de esta historia. El amor no está en nosotros para sacrificarse por el otro, sino para disfrutar de su existencia."

La reunión de los animales


Un día se reunieron todos los animales para quejarse del comportamiento de los humanos...

- "A mí me roban mi leche", protestó la vaca.

- "Y a mí, mis huevos", dijo la gallina.

- "A mí, me matan para robarme mi carne y mi tocino", protestó, indignado, el cerdo.

- "Y a mí, a mí me persiguen para robar mi grasa", replicó enojada la ballena.

- "Yo tengo una cosa, por la que, si supieran como quitármela, me perseguirían sin descanso hasta robármela", afirmó el caracol.

Todos quedan asombrados por las palabras del caracol y preguntan a unísono

- ¿Qué tienes?

- "Tengo tiempo"

¡Contesto el viejo caracol!!

lunes, 1 de octubre de 2018

50 REGLAS DE ORO PARA LA VIDA

1. Nunca saludes de mano a nadie sin
ponerte de pie.

2. En una negociación, nunca hagas la
primer oferta.

3. Si te confían un secreto, guárdalo.

4. Regresa con tanque lleno el auto que te prestaron.

5. Haz las cosas con pasión, o no las hagas.

6. Cuando saludes de mano, hazlo firme y mirando a los ojos.

7. Vive la experiencia de hacer un viaje solo.

8. Nunca rechaces una pastilla de menta, las razones son obvias.

9. Acepta consejos, si quieres llegar a viejo.

10. Acércate a comer con la persona nueva en la oficina.

11. Cuando le escribas a alguien enojado, termina y vuelve a leerlo, después bórralo y hazlo de nuevo.

12. En la mesa no hables de trabajo, política o religión. Y deja a un lado tu celular.

13. Se Justo, defiende a los que son abusados.

14. Escribe tus metas. Trabaja en ellas.

15. Defiende tu punto de vista, pero se tolerante y respetuoso ante el ajeno.

16. Llama y visita a tus padres.

17. Nunca te arrepientas de nada, aprende de todo.

18. Aprende a disfrutar tus momentos de soledad.

19. El honor y la lealtad son básicos en tu personalidad.

20. No le prestes dinero a quien sabes que no te pagará.

21. Cree en algo.

22. Tiende tu cama al levantarte por las mañanas.

23. Canta en la ducha.

24. Cuida una planta o un jardín.

25. Observa el cielo cada vez que puedas.

26. Descubre tus habilidades y explótalas.

27. Ama tu trabajo, o déjalo.

28. Pide ayuda cuando la necesites.

29. Enséñale un valor a alguien, de preferencia a un niño.

30. Valora y agradece a quien te tienda la mano.

31. Se amable con tus vecinos.

32. Hazle el día más alegre a alguien.

33. Compite contigo mismo.

34. Regálate algo mínimo una vez al año.

35. Cuida tu salud.

36. Saluda con una sonrisa siempre.

37. Piensa rápido, pero habla despacio.

38. No hables con la boca llena.

39. Lustra tus zapatos y corta tus uñas.

40. No opines sobre temas que desconozcas.

41. Nunca maltrates a un animal.

42. Alza la voz ante las injusticias.

43. Nunca pierdas la maravillosa oportunidad de quedarte callado.

44. Reconoce a alguien su esfuerzo.

45. Se humilde ante todo.

46. Nunca olvides de donde vienes.

47. Viaja cada que te sea posible.

48. Cede el paso.

49. Baila bajo la lluvia.

50. Busca tu éxito, sin desistir.

sábado, 19 de septiembre de 2015

El día en que acepté que simplemente, tú no eras para mí.

Primero que nada, quiero que sepas que el darme cuenta que quererte no era suficiente no fue para nada fácil. Siempre se nos ha enseñado que el amor es más fuerte que cualquier otra cosa. Nos lo dicen las películas, los libros, los cuentos de hadas. Incluso yo era de las personas que creían que el amor lo podía todo. Pero me cuenta que no, y aunque parezca un poco duro de mi parte, en nuestro caso el amor no fue suficiente. No bastó con sentir que el corazón me latía tan fuerte que casi se salía cuando tus brazos me rodeaban, ni tampoco lo fue pensar que, al fin, había encontrado a la persona con la que pasaría el resto de mi vida.

Yo quería seguir a tu lado, despertar contigo en las mañanas, que me tomaras la mano al salir de casa; quería seguirte deseando ‘buenas noches’ antes de que apagaras la luz, incluso si ibas a dormir justo a lado mío. Y, aunque suene extraño, también quería otras cosas que no eran tan buenas como seguir ignorando ese vacío en tu mirada o la forma en que mirabas a otras chicas cuando íbamos por la calle.

Me negué a preguntarte cosas que sabía, porque no quería escuchar tus respuestas a preguntas como qué tan sería era nuestra relación, si acaso teníamos un tipo de exclusividad o, peor aún, si lo que sentías por mí era amor verdadero. Ese fue uno de los peores errores que cometí, porque dentro de mí algo me decía que debía salir de allí.

El amor no siempre es sencillo. Pero hoy sé que lo que sentía por ti no era amor, o al menos no era amor verdadero. Y no te ofendas por favor. He comprendido que el amor nunca quita, al contrario, el amor siempre da y sin pedir nada a cambio.

Han pasado los años y he madurado. Fue inevitable que tú te quedaras atrás. Pero no siempre todo fue tan sencillo como lo es ahora ni siempre fui la persona que soy ahora. Hubo meses difíciles en los que me sentía perdida, en los que me ahogaba y desaparecía entre mi propia angustia y los pensamientos que tanto me aterraban. Sabía que un día te irías lejos y no tenía idea de cómo controlar el miedo que sentía de perderte.

El proceso fue largo. Me tomó meses, y tal vez si no hubiera tenido tanta fuerza de voluntad, me hubiera tomado años. Pero un día decidí que era hora de pensar en mí. Recuerdo que muchas veces me acusaste de tomar la decisión equivocada, de ser egoísta y de negarme a ver la realidad. ¿Sabes algo? Tus palabras tuvieron un efecto contrario al que deseabas y fue gracias a ellas que un día desperté a mi realidad.

Tú sólo te amabas a ti mismo, y yo no podía continuar entregando algo que ni siquiera tenía para mí misma. ¿Cómo podía amarte si ni siquiera me amaba yo? No era posible. Ahora comprendo que no se puede amar a alguien sin antes amarte a ti misma, con los defectos pero también con todas las virtudes que te hacen ser lo que eres.

Nunca voy a olvidar el día en el que fui lo suficientemente fuerte como para decidir lo que antes tanto miedo me había causado. Fue como haberme liberado, como romper las cadenas y abrir la puerta que por mucho tiempo había permanecido cerrada.

Aunque te parezca extraño, quiero agradecerte, porque fue por esta experiencia que viví contigo que aprendí a valorarme y amarme como siempre debí haberlo hecho. Quiero que lo sepas. Incluso cuando el destino te llevó por un camino diferente al mío.

Espero que tú también hayas cambiado y que las chicas que la vida puso a tu lado hayan sabido diferenciar entre lo real y lo falso de tus palabras.

Te quise y no me arrepiento, porque supe que a pesar de todo seguía siendo lo suficientemente humana como para ser capaz de amar. Incluso si no eras para mí.

viernes, 2 de noviembre de 2012

20 Cosas que las Mujeres no saben


1) Los hombres pueden fantasear todo el día, pero antes de que vayan a dormir, ellos siempre piensan en la mujer que más quieren.

2) Los hombres son más emocionales de lo que piensas, Si ellos pierden a la mujer que mas aman estarán deprimidos por un largo tiempo y no dejaran de pensar en ella.

3) Los hombres se vuelven locos por la sonrisa de la mujer.

4) Al hombre que le gustas quiere que seas al único al que le hables.

5) Darle a un hombre un mensaje como "Sabes qué?...ah...no importa" hará que salte a la conclusión que está lejos de lo que estés pensando. Y el asumirá que hizo algo malo y se obsesionara tratando de adivinarlo.

6) Si un hombre te dice algo de sus problemas, solo quiere a alguien que lo escuche.... y no tienes que darle un consejo amenos de que te pida uno.

7) Un acto usual que prueba que le gustas es cuando él te molesta o te hace una broma.

8) El hombre te ama más de lo que tú lo amas.

9) Los hombres usan palabras como buena o linda para describir a las mujeres. Ellos rara vez usan preciosa o generosa. Si un hombre usa esas palabras el te ama o le gustas mucho......

10) Si un hombre está muy calmado o ido el probablemente está mintiendo y está pensando en algo mas.

11) Cuando un hombre dice que está loco por una mujer, el en realidad lo está---- los hombres rara vez lo dicen.

12) Cuando un hombre te pide que lo dejes solo, el en realidad te está diciendo "por favor escúchame".

13) Si un hombre empieza a hablar serio, escúchelo. Eso no pasa tan seguido, así que cuando lo hacen tu sabes que algo está pasando.

14) Cuando un hombre te mira directamente por más de un segundo, el está definitivamente pensando en algo.

15) Los hombres piensan que las mujeres son extrañas y tienen decisiones muy raras y son confusas pero de alguna manera se parecen más a ellos.

16) Los hombres darían el mundo para poder leer la mente de las mujeres.

17) Ningún hombre puede solucionar sus problemas por su cuenta solo que son tan orgullosos que no lo admiten.

18) No todos los hombres son rudos!!! Solo porque uno lo sea no significa que el represente a todos los demás.

19) Cuando un hombre sacrifica su sueño y salud solo para hablar contigo, el realmente te quiere y quiere estar contigo lo mas que se pueda.

20) Incluso si dejas a un hombre meses atrás y el te amaba el probablemente todavía lo hace y si tuviera un deseo probablemente sería que regresaras a su vida...

jueves, 18 de octubre de 2012

La Lluvia


Tengo la piel de una mujer cubriendo toda mi alma, tengo los labios de una mujer, donde estuvo mi corazón. Deslizar una rosa azul sobre unos labios entreabiertos y atrapar en un beso el aliento de la flor y pétalos de la dama, y desnudar la flor mientras se huele a la fémina, y saborear a la mujer mientras degustamos la rosa.

Una alondra lleva en su vuelo el tamaño de la lluvia, y un cuervo lleva en su pico el tamaño de mi tristeza…

… los besos perfuman de luz un corazón florecido de palomas, y la lluvia seca los ojos de un poeta que tuvo palomas floreciendo en su corazón.

Si te hago el amor bajo la sombra de las orquídeas te convertirás en una de ella y así mi piel estará para siempre llena de tu perfume y podre olerte y tocarte cada vez que yo quiera. El color de las flores cambia cuando una mujer las mira. El corazón de un hombre muere cuando esa mujer que ama no lo mira.

El que se enamora: oye miradas, mira sonidos, saborea colores, huele emociones, siente lo abstracto y difumina lo concreto. El amor, igual a la poesía, tiene el poder de convertirnos, voluntaria o involuntariamente, en pequeños dioses…

…Cuando te enamoras sientes con el cerebro y piensas con el corazón.

Tengo una mujer colgada del pensamiento con su sabor en los ojos y su aroma en las manos tengo una mujer que ocupa mis sentimientos, tengo una mujer como única habitante de mi alma.
Escribir una sinfonía de besos sobre la piel de una mujer, es tarea de todo hombre que se sienta que lo es. Un beso puede hacer que en los labios nazcan oropéndolas, y que ellas te lleven donde nunca has estado.

La lluvia se hizo para verla caer con una mujer al lado, en el color de los besos y el sabor de los abrazos, la lluvia sin una mujer no es lluvia; es solo agua que cae del cielo. Si la lluvia es igual a un beso entonces ven y mójame otra vez.

Besarte, a orillas del silencio, bajo la sombra de las uvas, con los labios llenos de estrella y las manos temblando de ansias, hacerte el amor bajo los pistilos de la madrugada que también se enamoraron de ti, y tener un orgasmo luminoso como la mañana, para agonizar despacio y luego dormir sobre ti.

¿A qué sabe tu voz? A lluvia
¿Y tú aliento? A ti
¿Y mi alma? A mí

Una mujer es un sueño a color con una mariposa en el pubis, es un deseo hecho carne con un crisantemo en la piel, es un beso pensante que crea el dolor, es un horizonte vestido de estrellas, es un abrazo que brilla bajo la luz de la eternidad.

Andar, tomado de la mano con tu recuerdo, bajo un rayo de luz que brota de tu mirada, sintiendo en la piel la caricia de tus labios ausentes, y tener en el corazón una rosa con tu nombre en cada pétalo, saboreando los latidos que cada segundo me acercan más a ti.

Degustar unos labios a la luz de una mirada, lo mismo que se degusta el color del amor, y que en el corazón crezcan alas con el nombre de la mujer amada, es acercarse a la dicha, es estar más cerca de Dios.

A la tarde le surgen alas que me llevan hacia ti, y llevan en su vuelo la estatura de mis besos.
Cuando llueve hay una mujer desnuda en cada gota que cae, por eso la lluvia huele a mujer, por eso la lluvia huele y sabe a ti.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Ayy el AMOR



Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.


El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.